EMPRENDÍ CON PROPÓSITO

A mis 26 años me atreví a emprender de lleno por primera vez con una boutique en las redes sociales, pero no fue hasta el año 2014 que llegan las famosas "waist trainers" a mi cartera de productos. Recuerdo que tan pronto vi los anuncios de las Kardashians utilizando las fajas me empeñé en traerlas a Puerto Rico. En esos días como casualidad del destino vino a visitar Puerto Rico la dueña de la compañía que le suplía las fajas a las Kardashians, así que me lancé y le escribí para reunirnos con la intención de distribuir sus productos en la isla. Aunque no estuve de acuerdo en los altos costos de su línea, seguí buscando opciones hasta que encontré una excelente línea colombiana. Para mi sorpresa y sin planificarlo el éxito fue inmediato.

Recuerdo un día de diciembre estaba agobiada de tantas ventas y trabajo que necesitaba una escapada así que me reuní con una amiga que recién se había quedado sin empleo y llamó para salir a distraerse. En nuestra reunión de distracción surgió el tema y la oportunidad de que se fuera a trabajar conmigo y abrir un local. Aproximadamente una semana después de esa reunión yo tenia mi primera oficina física en Puerto Rico donde manejaba todas las ventas y envíos.

Comenzó un proceso de trabajo duro para lograr transformar el espacio y dar un servicio de excelencia. Como obra de Dios, una vez abro las oficinas comencé a recibir el apoyo de muchas animadoras, influencers, cantantes y modelos de Puerto Rico. Sin planearlo tenía toda una campaña de mercadeo y promoción exitosa. Y repito mil veces sin planearlo, porque jamás imaginé que todo eso pasaría en mi vida, no fue algo que planifiqué ni para lo que estaba remotamente preparada. ¡Me tocó aprender en el camino!.

No fue hasta luego de 8 meses de haber abierto las oficinas cuando comenzó mi proceso. Recuerdo que mucho antes de esos 8 meses ya yo me sentía mal de salud y me costaba caminar en tacones altos, subir escaleras, cuestas, etc. Me diagnosticaron la condición autoinmune artritis reumatoide, ya para ese entonces tenía el primer síntoma de la condición que es anemia, había bajado alrededor de 20 libras en menos de 6 meses y lo había dejado pasar por alto porque estaba sumergida en la emoción del éxito de mi negocio. Al mes de ser diagnosticada tuve que dejar de ir a la oficina porque mis piernas y cuerpo ya no respondían. Tenía la mejor de las gerentes y amiga, la cual por semanas estuvo comprometida en sacar el negocio a flote sin mi, pero al final de año tuve que terminar cerrando mi negocio.

Desde mi hogar trataba de manejar el negocio, fue en ese momento que decidí aprender a hacer páginas web para poder crear mi primera tienda online. Pero a pesar de haber dado ese paso, mi cuerpo no tenía fuerzas o energía para seguir el proceso. Fue cuando mis piernas decidieron no responder más que decidí darme por vencida, en ese momento ya necesitaba ayuda para caminar, pararme de las sillas, bajar o subir escaleras, etc. ¡Había perdido mi independencia!.

Durante todo mi proceso mi cuerpo daba cambios drásticos pero yo seguía utilizando mis fajas. Meses después logré obtener mi primer medicamento y mi cuerpo fue respondiendo a paso lento. Al año logré recuperarme, mi cuerpo al fin respondía bien aunque mi condición estaría conmigo siempre. Lo que no imaginaba que dos años después de sentirme mejor, una de mis rodillas volvería a tener problemas, llevándome así a tener que someterme a dos cirugías de rodilla en el año pasado, la última de ellas un remplazo total de la rodilla. 

A 8 meses de esa última cirugía decido emprender con este producto porque en medio de mi situación me aferré a utilizar mis fajas ya que no podía realizar actividades físicas y era mi única alternativa para ayudar a mantener mi figura, que pasó por un proceso de anemia a luego estar sobrepeso por los medicamentos de mi condición. Si me preguntan hoy cual es la parte favorita de mi cuerpo, sin duda respondería que mi cintura, y ¡eso solo se lo debo a las fajas colombianas!.